La Cátedra responde. Nº 4.
¿Son suficientes los nuevos caudales ecológicos mínimos para recuperar el buen estado del Tajo en su tramo medio?
El Proyecto del Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo, aprobado por el Consejo del Agua de la Demarcación, establece nuevos caudales mínimos para el río. Pero, a la espera de que continúen los trámites hasta su aprobación definitiva, el equipo científico y técnico de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss considera insuficientes los caudales mínimos de este nuevo Plan en el tramo medio del Tajo para alcanzar el buen estado ambiental, por varios motivos.
Comenzando por Aranjuez, si se compara el caudal real de los últimos años (véase la línea azul) con los mínimos que se han establecido en el nuevo Plan (líneas roja, naranja y amarilla), se espera que se vaya a producir cierta mejoría, ya que será obligatorio que los caudales reales sean superiores a los que circulan en la actualidad. Sin embargo, esta ligera mejoría no se producirá inmediatamente, sino en tres periodos de tiempo: primero, hasta diciembre de 2015 (línea roja); luego, durante 2026 (línea naranja); y por último, a partir de enero de 2027, año en el que acaba la vigencia del Plan (línea amarilla). No existe una justificación legal o técnica para establecer el caudal mínimo en tres fases.
(Ampliación del gráfico al final del artículo) Fuente: elaboración propia a partir de los últimos datos disponibles en el anuario de Aforos del CEDEX.
Dado que hoy en día el Tajo a su paso por Aranjuez se encuentra en mal estado, retrasar la mejoría con esta temporalización perjudica a todo el ecosistema fluvial. Y ha sido establecida a pesar de que la zona incluye áreas protegidas como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que también existen aguas arriba y abajo.
Propuesta de mínimos, mínimos
Cuatro masas de aguas del río Tajo entre Bolarque y Aranjuez han empeorado su estado en los últimos años respecto al primer ciclo, lo cual indica la necesidad de establecer mayores caudales mínimos y establecer el resto de las componentes de un caudal ecológico, como los caudales generadores periódicos (aquellos que permiten crecidas naturales en la llanura de inundación del río). Es importante recordar que los caudales ecológicos con todas sus componentes son una herramienta contemplada en nuestra planificación hidrológica para mejorar el estado de los ríos.
En el caso de Toledo y Talavera, los nuevos caudales ecológicos mínimos no supondrán ninguna mejora en el estado del río. Los datos nos muestran que los caudales reales han estado ya los últimos años por encima de los valores que ahora se fijan, como puede observarse en las gráficas. Por otro lado, se han fijado caudales mínimos de idéntica magnitud en Talavera y en Toledo. Esto carece de sentido atendiendo a la secuencia lógica del río, que recibe mayores aportaciones aguas abajo, por acumulación.
(Ampliación del gráfico al final del artículo) Fuente: elaboración propia a partir de los últimos datos disponibles en el anuario de Aforos del
Metodologías cuestionables
Además, los caudales mínimos que se han propuesto en este tercer ciclo de planificación en estas tres masas de agua están muy alejados de los propuestos en los estudios sobre los que se apoyaron las demandas judiciales contra el Plan Hidrológico del segundo ciclo y que terminaron en la anulación parcial del Plan a través de cinco sentencias del Tribunal Supremo (véase la línea verde en los tres gráficos). Estos estudios utilizaron metodologías basadas en el cumplimiento del objetivo de buen estado, así como en la consecución de los objetivos de conservación de sus hábitats y especies propios de las zonas protegidas Red Natura 2000.
Previo a la propuesta de nuevos caudales ecológicos mínimos, hubiese sido necesario hacer un análisis de las consecuencias que han tenido los anteriores caudales mínimos sobre el estado de las masas de agua (en cuanto a su morfología y la conservación de sus hábitats y especies, diferenciando las zonas Red Natura 2000), para poder así determinar correctamente las necesidades del río, tal y como considera el investigador Domingo Baeza.
Así mismo, el equipo académico de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss considera necesaria una mayor ambición para poder cumplir con la obligatoriedad de conservar dichas zonas protegidas, siendo lo más idóneo la aplicación de metodologías basadas en la simulación de hábitats que pretendan mantener el 100 % del hábitat. En zonas protegidas, bajar de ese porcentaje supondría un deterioro del hábitat. Cabe señalar que falta conocimiento sobre el hábitat en algunas masas de agua, donde todavía son necesarios estudios científico-técnicos.
Una normativa basada en datos medioambientales
En conclusión, para que el río Tajo pueda alcanzar su buen estado ambiental, una medida esencial es contar con unos caudales ecológicos mínimos que garanticen el mantenimiento de las comunidades vegetales y de fauna. Adicionalmente, en espacios protegidos Red Natura 2000, los caudales mínimos deben atender a los requerimientos específicos para los hábitats y especies protegidas, por lo que estos pueden ser mayores.
Los métodos empleados para establecer los caudales ecológicos mínimos deben ser los que mejor se adapten para conseguir dichos fines, dejando de lado otros intereses ajenos a los objetivos ambientales del río. Estos métodos deben contar con un conocimiento en profundidad del hábitat y sus especies, así como del comportamiento hidrológico del río.
Por último, es más adecuado establecer caudales ecológicos mínimos en series mensuales, en vez de trimestrales, para reducir la diferencia entre el régimen natural del río y el regulado en los ríos mediterráneos. Y más importante, es recomendable una distribución mensual que, además, establezca mayores variaciones entre unas estaciones y otras, con el fin de conseguir esa reducción.