“Tarifas y subvenciones del trasvase Tajo-Segura”, próxima conferencia del ciclo Investigando el Tajo
11/04/2022La Cátedra del Tajo UCLM-Soliss se involucra en la recuperación del tramo bajo del río Guadarrama
25/04/2022Reproducción íntegra del artículo aparecido en ABC-Toledo el 18/04/2022, escrito por Valle Sánchez:
«A algunos políticos se les debería caer la cara de vergüenza por el estado del río Tajo»
Nuria Hernández-Mora, investigadora y socia fundadora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, una ‘activista’ a la que le sobran argumentos científicos para defender el agua, un bien común
Valle Sánchez SEGUIR TOLEDO Actualizado:18/04/2022
Nuria Hernández-Mora es una gran aliada de la Cátedra del Tajo creada por la Fundación Soliss y la Universidad de Castilla-La Mancha para la defensa del río. Doctora en Geografía, licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, experta en gestión de recursos hídricos, es también socia fundadora de l a Fundación Nueva Cultura del Agua, que promueve desde hace más de 20 años una gestión más racional y sostenible del agua. Habla sin tapujos de la ‘locura ingenieril’ del trasvase Tajo-Segura, de la prevaricación de los responsables públicos de turno, que incumplen la ley, por su dejación de funciones y por permitir durante años que exista en Toledo esta «cloaca a cielo abierto» que se llama río Tajo.
Usted vivió el nacimiento de las plataformas.
¿Cuándo surgió su vinculación con el Tajo?
Desde 2007, cuando se creó en Talavera la Red Ciudadana por una Nueva Cultura del Agua en el Tajo-Tejo y sus ríos, de la que fui de las primeras coordinadoras junto con María Soledad Gallego, quien junto a Miguel Ángel Sánchez, de la Plataforma de Talavera, me ha enseñado todo lo que sé del río. Así empezó mi involucración a fondo en el Tajo, cuando diferentes coletivos comenzaron a trabajar juntos en alegaciones a los planes y acciones jurídicas ante Europa. Al mismo tiempo, se comenzó a realizar una labor de coordinación e investigación científica sobre el Tajo. Y una cosa que nos llamó la atención es que había muy poca investigación, desde el estado del río, de la contaminación o los aspectos económicos.
Eso pretende la Cátedra del Tajo, de la que usted forma parte, de cargarse de argumentos científicos.
Su puesta en marcha ha sido un acierto porque ha dado visibilidad a un grupo que lleva trabajan do muchos años. La directora de la Cátedra, Beatriz Larraz, tiene una visión transdisciplinar, de juntar el conocimiento académico de los científicos y el conocimiento local que existe y que es muy potente. Hay muchas piezas y para encajarlas es necesario trabajar el ámbito político, el jurídico y el científico para traer los argumentos técnicos necesarios para esos cambios. Y también en el ámbito social, de divulgación y de educación porque si no el cambio es complicado.
Desde el punto de vista científico, ¿cuál cree que es el principal problema que tiene el río Tajo?
En su tramo alto y medio está muy maltratado por la contaminación, fundamentalmente de Madrid, pero también de Castilla-La Mancha. El Tajo recibe las aguas residuales de seis millones de habitantes y eso es una carga contaminante muy elevada. Se produce un desajuste entre los estándares de depuración exigidos y la capacidad que tiene el río de asumirlo porque el volumen de aguas residuales es tan brutal con un caudal exiguo por el trasvase Tajo-Segura. Este es el segundo problema o el primero porque los dos están al mismo nivel de importancia. El trasvase está limitando el agua limpia que baja de cabecera: si tienes un caudal mínimo de agua limpia y el ochenta por ciento de lo que te está circulando aguas abajo de la entrada del Jarama son aguas residuales de Madrid, pues evidentemente lo que tienes en Toledo es una cloaca a cielo abierto: espumas, tonos marrones, esos olores…
¿Qué se puede hacer?
Invertir en mejorar la depuración de las aguas residuales de Madrid, que tiene que aspirar a tener una depuración terciaria, la más exigente, una solución urgente pero que llega tarde. Además, los ríos necesitan una variación de los caudales y el Tajo lleva desde el principio del trasvase con un caudal artificial de seis metros cúbicos por segundo que es ínfimo y estable a lo largo del año. Es un estanque permanente, no existe dinámica fluvial y sin dinámica fluvial los ecosistemas que depende de ellos, las especies, no pueden mantenerse. Hay que mantener unos caudales, con mínimos y máximos, con variaciones estacionales, y devolver la dinámica fluvial.
¿Hay esperanza?
Hay ríos en el mundo que han estado en degradación absoluta y se han solucionado tomando las medidas necesarias. Esa recuperación es posible, pero tiene que existir esa voluntad política de tomar las medidas.
¿La solución pasa por eliminar el trasvase?
Pasa por establecer un régimen de caudales ecológicos serios y científicamente validados. El grupo de investigación ha elaborado informes donde se proponen caudales ecológicos que permitirían la recuperación del río, con unos caudales ecológicos reales. Se trata de cumplir la ley, devolverle el buen estado al río Tajo y garantizar que todas las necesidades y los usos del río están cubiertas.
¿Y qué pasa con el Mar Menor y la huerta murciana?
Lo realmente inaceptable, desde mi punto de vista, es que los responsables políticos, las administraciones competentes, en lugar de poner las medidas para evitar el colapso social y económico de una parte de la ciudadana que vive de esto, hayan tenido la actitud del avestruz, de esconder la cabeza, para que el siguiente que venga lidie con ello. En vez de empezar a poner las bases de este cambio estructural, lo han dejado pasar. Ha sido una irresponsabilidad, una dejación de funciones, creo que ha habido prevaricación. Cuando generas un trasvase que conecta dos cuencas estás trasvasando agua pero también escasez, problemas ambientales, problemas sociales, problemas políticos y ambientales. Han generado la degradación del río Tajo, pero ahora están provocando la degradación ambiental de la cuenca del Segura. Los científicos llevaban tiempo diciendo que en el Segura la degradación del Mar Menor estaba muy vinculada a los vertidos agrarios del campo de Cartagena, que era una zona de secano que se convirtió al regadío a raíz del trasvase Tajo-Segura, vertidos cargados de nitratos que han provocado ese colapso ecológico.
¿Qué opina de las desaladoras?
Tienen que ser parte de la solución, pero no la única solución porque sería una huida hacia adelante. Es evidente que tiene que haber una transformación, es innegable que se tendrá que poner coto en lo uso ilegales del agua, en los regadíos ilegales. Eso sería lo primero, un primer paso, y también decir cuál es la capacidad de carga. Igual no es posible seguir produciendo con la misma intensidad y los mismos niveles. Quizá haya que buscar otras alternativas.
¿Cree que el trasvase pasará algún día a la historia?
El Ministerio ha cambiado las reglas de explotación y ha empezado a tener en cuenta otros intereses, este plan hidrológico empieza a poner las bases establecer unos regímenes de caudales mínimos un poco más ambiciosos
Pero, son insuficientes, ¿no?
Son insuficientes. Y, además, posponen su implementación a 2027, echando el problema hacia adelante, otra vez. Hay un pequeño cambio. Creo que, al final, el trasvase caerá por su propio peso, porque habrá que establecer este régimen de caudales ecológicos, por las sentencias del Supremo, porque existe una demanda social y política, porque van a llegar presiones de Bruselas, de la UE. La comisión de parlamentarios europeos ya lo dijo en 2011, que la situación del Tajo es insostenible, inaceptable. Creo que va a llegar un momento en que se va reducir, aunque en algún momento se trasvase de forma excepcional.
¿Para consumo humano?
Siempre habrá agua para abastecimiento humano, el problema es cuando no se prioriza y las aguas destinadas a abastecimiento se utilizan para otros usos o se contaminan, o no se gestionan adecuadamente. Es un problema de gobernanza, no de escasez. Las sequías ordinarias de mediados de los años 90 y la del 2005 al 200 afectaron tanto a la cuenca del Tajo como a la del Segura y lo ilógico es que se llegó a priorizar a la cuenca del Segura frente a la del Tajo. Por eso se creó en 2005 la Plataforma de Talavera. Creo que el trasvase se va a extinguir por la fuerza de los hechos y espero que, al menos, la crisis del Mar Menor haya servido para levantar las conciencias en Murcia y para que se empiecen a tomar las medidas necesarias, que eviten un sufrimiento social y económico que nadie quiere.
¿El río Tajo es el más maltratado de los que conoce?
No conozco ningún río de la entidad del Tajo, que una las dos capitales miembros de la Unión Europea, que tenga el deplorable estado del río; es lamentable. Es inaceptable y no entiendo cómo a los responsables políticos no les cae la cara de vergüenza viendo el río así. Es triste y lamentable.
¿La sociedad civil ha sido también cómplice?
Durante años hemos estado algo adormilados, pero creo que hay una serie de ciudadanos muy comprometidos que dedican muchísimo tiempo suyo personal, que no está remunerado, por el bien de todos, por el futuro de todos, de nuestros hijos, para recuperar ese patrimonio común. Creo que no están lo suficientemente considerados, que las administraciones los tendrían que tener de aliados y no de enemigos, como, por ejemplo, a Alejandro Cano, presidente de la Plataforma del Tajo, y los miembros de la plataforma de Aranjuez . Ahora hay una sensibilización mayor y hay una toma de conciencia de que la situación no es aceptable, que, además, está amparada por un marco legal que nos da la razón. La Directiva Marco del Agua, que es la directiva que establece el marco jurídico para la gestión de las aguas en España, dice en su primer considerando que el agua no es un bien comercial como los demás, si no que es un patrimonio que hay que proteger y tratar como tal.
¿Confía en que volvamos a ver algún día el río Tajo limpio?
Por supuesto, no te puedes dedicar a problemas medio ambientales si no eres optimista.
Y pone de ejemplo el río Cuyahoga, en Cleveland (Ohio), uno de los cursos de agua más contaminados de los EEUU y que llegó a arder en 1969. Las medidas de gestión han permitido que este río urbano recupere el verde. El río ahora está limpio, algo que ahora, aquí, es solo un sueño.